La asamblea del BID confirmó preocupaciones, agendas y retos compartidos.
Concluyó la sexagésima primera cita anual de los gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en territorio colombiano, con positivos resultados para el país. El plan de financiamiento del BID con el Estado colombiano contempla en 2021 un monto total de 1.250 millones de dólares, la operación de mayor volumen en 60 años.
La agenda conjunta para esos recursos es variada: proyectos de crecimiento sostenible, digitalización del sector justicia, logística y esquemas de asociaciones público-privadas –como la navegabilidad del río Magdalena–, migración venezolana, habilidades para adolescentes y jóvenes vía la iniciativa Sacúdete, aseguramiento en salud, entre otros temas.
Además, Barranquilla, la ciudad anfitriona, recibió directamente un crédito por 250 millones de dólares y el Banco anunció la creación de un fondo para el desarrollo y sostenibilidad del Amazonas con un aporte inicial de 20 millones de dólares, en línea con el Pacto de Leticia impulsado por el gobierno Duque.
La asamblea en la Arenosa –la primera encabezada por el nuevo presidente del BID, Mauricio Claver-Carone– ratificó los fuertes lazos entre esta institución y Colombia, producto de la gestión del expresidente de la entidad Luis Alberto Moreno y de la cercanía con el presidente Iván Duque, exdirectivo. Asimismo, el evento se llevó a cabo en medio de una histórica y alarmante coyuntura para el BID y para América Latina.
La región ha sido una de las más impactadas por la pandemia de covid-19, tanto sanitaria como económicamente. Las perspectivas latinoamericanas son tan sombrías, en especial en el frente social, que la estrategia del BID, descrita por Claver-Carone, es la de “prevenir una década perdida”. Tanto Colombia como el resto de naciones del subcontinente enfrentan el triple desafío de controlar el covid-19 como amenaza de salud pública, recuperar las actividades económicas del desplome y mitigar los duros golpes que desgarraron el tejido social y productivo de la región.
Esa es la América Latina que el BID debe acompañar en los próximos cinco años con empréstitos, apoyo técnico, proyectos conjuntos con el sector privado, impulso de la vacunación masiva, desarrollo de distintos tipos de infraestructura y otros instrumentos innovadores de financiación.
Artículo extraído de El Tiempo.